jueves, 23 de febrero de 2012

En Perú el Sol no alcanza para alumbrar a todos



La situación que atraviesa el fútbol profesional en el Perú es más que preocupante. Con cuatro equipos autoexcluidos de la competición, quitando cualquier piso económico a los jugadores, funcionarios y colaboradores junto con sus familias, la cosa no se ve fácil en el futuro cercano.

Universitario de Deportes, el club más ganador de la historia en el balompie incaico sufre una crisis institucional y financiera sin precedentes en sus anales. Alianza de Lima, el club identificado con el mundo popular limeño, el equipo de Mulatos y Sambos, conocido como "grones" por sus rivales (Negros al revés) se mueven entre la Copa Libertadores y los rumores de venta a grupos inversores.
La situación particular de los dos equipos más grandes no se aleja mucho de la realidad de otras plantillas del fútbol. Sueldos impagos, cotizaciones irregulares, inexistencia de condiciones mínimas para ejercer la actividad deportiva etc.

La agremiación de futbolistas profesionales, buscando resguardar los intereses de sus miembros afectados y demostrando solidaridad hacia quienes se encuentran en problemas ha decidido ir a paro.
La respuesta de los equipos implicados fue disputar los encuentros con plantillas juveniles. Ignorando la situación de todos quienes obtienen el pan de cada día a través del fútbol.

En esta pelea de poderes, con Burga jugando un gallito frente a sus detractores en la Asociación. Con equipos retirados como la Universidad San Martín -primer equipo sociedad anónima en Perú- y otros, los principales afectados son los hinchas que, semana a semana, encuentran en el fútbol un respiro y una forma de vida y también todos quienes de una u otra manera tienen de fuente de ingresos la práctica y espectáculo del fútbol (Desde los mismos jugadores hasta los asistentes de cámara que televisan los partidos. Pasando por la señora que vende la chicha morada y el sandwish a la entrada de la cancha, el viejito de las banderas, los vendedores de helados, ceviche y canchitas. Los acomodadores de vehículos, los boleteros, el utilero, el periodista radial de provincia y las miles de personas que viven por y para el fútbol. Todos ellos sufren por las malas decisiones de unos pocos y las ansias de poder de los mismos que lucran con el sentimiento.

Esperamos la situación pronto encuentre solución. Los dirigentes paguen a sus jugadores y todos vuelvan a sentir que lo que realmente importa en todo esto es la de cuero, y quienes la mueven para darle alegría, pan y un respiro a millones de personas.

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