martes, 15 de marzo de 2011

A la olla.



Centro, centro, centro… Y así muchos creen que algo se conseguirá, un bote raro, un defensa con mal timening (calculo) o un rebote. Una falla más que un acierto es lo que alimenta esta manera de jugar, esta actitud. Es una forma más que un recurso en la mayoría de los equipos que lo practican, hay quienes desde los 20 minutos del primer tiempo comienzan con el incesante pelotazo al área, porque más que centros son pelotazos. Es distinto el arte de centrar, es un arte y no muchos tienen esa habilidad de medir tiempo, espacio y velocidad al borde del área, de poner un pase a la cabeza del compañero y celebrar. Sí tiene un eximio cabeceador y un hábil que le ponga balones en la frente, aprovéchelo, sienta que es un arma que no muchos poseen y haga gala de ella. Pero no lo utilice como el único recurso posible para llegar al gol, no lo vea como su única opción. Sea inteligente, maneje esa posibilidad con discreción e inteligencia, tienda a ver cómo su rival creerá en el centro y explote otras habilidades del equipo. No caiga en lo que el resto hace, enviar pelotazos como loco a ver si cae una. Entienda que no por que muchos lo hacen es bueno, para algo le sirven los otros ocho jugadores que tiene en cancha.
El centro o más bien el pelotazo es otro de los indicadores que dan cuenta sobre la realidad del fútbol moderno. La búsqueda incesante de la falla del rival a través del accidente o la trivialidad se ha convertido en un fin para conseguir el resultado, más que una opción explotable junto a tantas otras que provee el fútbol a quienes lo practican. Es distinto provocar las fallas en el contrario a través de la presión ofensiva que se ejerce sobre los menos habilidosos del campo, los defensas. Hay entrenadores que la explotan muy bien, eso sí con más trabajo físico que táctico en este ejercicio. Ahora si tiene jugadores que presionen de aquí para allá los 90 minutos, corriendo desordenados en búsqueda de disputar un balón y cuando le entregue una pelota en velocidad o al espacio sean capaces de pensar y ejecutar sin dudar, bueno le felicito por la suerte suya, ya que esos son los que más rápido dejan estas tierras y migran a Europa por mejores salarios y tranquilidad económica.
El fútbol está lleno de opciones y estilos de juego, pero los estilos de buen juego se han ido retirando en el último tiempo –Y con esto no estoy descubriendo el agua tibia como dice César Farías-. Hay que tener la conciencia y conocimiento de que quienes utilizan las diversas variables que ofrece y propone un juego como el fútbol para jugar a el –y no buscar solo el triunfo-  son quienes consiguen los mejores resultados y por ende deben ser explotadas por los todos los técnicos hoy en día. Deben trabajar e instruirse continuamente sobre el fútbol mismo; como también los jugadores deben tener conocimientos sobre táctica y juego, más que entrar y meter todo como siempre se les pide. Deben conocer su juego y habilidades, los pro y contras de sus compañeros y la manera de jugar del equipo al cual pertenecen, como también explotar con sus conocimientos la manera de jugar del rival de turno, ver de qué manera se defiende mejor y ataca con más precisión. Si el fútbol actual está en el nivel que lo vemos es por la falta de conocimiento de todos quienes lo componen, también con una falla en la formación y de quienes se encargan de esta. Finalmente debemos comprender que el jugar bien no se trata de “estética” ni espectáculo, se trata también de ganar y explotar lo que nos ofrece el fútbol, seamos inteligentes y tomemos lo que nos ofrece el fútbol, no caigamos en la mediocridad que tanto se habla sobre el juego.

martes, 8 de marzo de 2011

Yo quiero jugar.



Yo quiero ser libre, quiero ser yo.
Cuando entro al gramado siento que es…
Que es donde quiero estar.

Yo quiero jugar, quiero ser el mejor.
Aprendo a cada bote, enseño en cada pase.
Aprendo cuando fallo y cuando gambeteo…
Cuando gambeteo no quiero parar.

Yo quiero jugar, quiero ganar.
Pero al parecer no todos quieren jugar
Solo buscan ganar
Ganar y cobrar…

Aún así toda la vida siempre busco jugar
Aun cuando no siempre pueda ganar.

lunes, 7 de marzo de 2011

½ - 0.

½ - 0.

Leyendo a Ángel Cappa, comencé a rememorar la disyuntiva propia de nuestros tiempos, que a su vez rememora tiempos pasados. El (buen) Juego versus El Resultado.
Parecen dos situaciones antagónicas en nuestra realidad, debido a que este fútbol posmoderno al que acudimos diariamente nos propone solo fines y poco le interesan los medios –y el fin ultimo, que es ganar en todo ámbito-.
Cómo sostiene Eduardo Santa Cruz, el fútbol de nuestros tiempos solo busca el beneficio de quienes lo dirigen, y para conseguirlo no se escatiman esfuerzos, como tampoco importa mucho la elegancia ni el espíritu del deporte.
Ahora el fútbol no nos pertenece, hemos perdido la capacidad de influir de manera directa en el desarrollo de nuestra pasión, y poco a poco también vamos perdiendo uno de los últimos bastiones de los futboleros; La galería.
Antes - cuentan los de más experiencia en estos terrenos- las cosas eran distintas. Los equipos buscaban encantar al publico y esto lo hacían a través de la esencia del fútbol; el juego. Los mejores eran quienes mejor jugaban, no quienes corrían más o manejaban mejor la táctica. Al final del campeonato, el mejor equipo era el que jugaba mejor, no el que aguantaba el 1-0 con 10 atrás (como suele ser ahora). Confundimos –o nos confunden- con que el hincha busca eso, o más bien solo eso, el resultado.

“Lo que importa es ganar, luego vendrá el buen juego”. ¿Le parece conocida esta frase?, me imagino que más de alguna vez la ha escuchado en la radio o la TV, ya está internalizada en el medio, es como esa otra que tanto gusta a los técnicos: “los partidos que quedan son todos como una final” – Entonces el resto del campeonato lo jugaste como si no fuese una final, o sea solo interesan las finales, lo de más da lo mismo -.
Ambas frases creo sintetizan de gran manera la realidad de nuestro fútbol hoy en día; El resultado. Y claro, la final es más importante que cualquier partido. Se disputa el trofeo, el objetivo por el cual todos compiten y está bien, siempre el fútbol ha sido una competencia, pero la gran diferencia es que antes se jugaba bien para conseguir el objetivo final, ahora da lo mismo como se llegue al objetivo, solo importa el resultado y nada mas. Ni hablar de gloria o reconocimiento, esas son cosas antiguas y sin sentido, no compran penthouses ni autos con turbo, menos pagan vacaciones al caribe.

Quizá me equivoqué de época, o tengo un alma de viejo amargo. Pero me gustaría ver que el mejor es quien mejor juega, no quien mas veces da la vuelta olímpica. Pero ya ven, el fútbol como la vida, ahora, se mide por resultados, y solo eso importa.