jueves, 25 de octubre de 2012

El estadio de Pinochet

En cada superclásico reflota la vieja discusión, el polémico argumento sobre "El estadio de Pinochet". Los argumentos validando o desacreditando el recurso.
Discusión transversal que afecta tanto a hinchas como a periodistas y especialistas, los cuales, enarbolando la bandera azul o la blanca, se atrincheran en su posición para, con fuentes y documentos más o menos válidos, potenciar su posición.

Existen artículos de prensa, vídeos, escritos, audios y un sinfín de formatos que ayudan a cada bando. Se han escrito columnas en diarios e incluso capítulos en libros intentando, infructuosamente por lo demás, esclarecer el rumor.

Que la dictadura militar utilizó el fútbol como una herramienta en momentos de crisis es innegable. Lo hizo descaradamente el 82. En el mismo momento que la selección competía (o más bien participaba) en el mundial de España, las autoridades ponían fin al dólar fijo sin informar a la población, desatando una crisis inter-cambiaria sin precedentes en el país, incluso más grave que la falta de divisas en los tiempos de la UP.
Lo hizo también en la testera de la ACF, interviniendo una infinidad de clubes. Con la ayuda de los medios de comunicación creó polémicas, programó partidos en fechas "complicadas" y malversó fondos destinados al deporte. En el caso de Colocolo, metió la mano, el codo y todo el brazo hasta el fondo del CSD, cuando el 76 sacó a la dirigencia oficial y puso al BHC a cargo del club. Grupo inversor con grandes capitales, ligado al ala liberal de la dictadura. Bajo este contexto siempre los más grandes en algún momento podrían brindar una mano a la imagen del régimen y al dictador mismo, aunque a este último no le interesara mucho el fútbol.

La historia es mas o menos así. Colo colo desde los 50' poseía unos terrenos al oriente de Vicuña Mackenna, unas chacras lejanas del centro de Santiago en aquel tiempo, adquiridas en el sector de Pedreros. El sueño de un estadio siempre ha sido el anhelo de cualquier equipo chileno, y más de uno del tamaño del nacido a pasos de la Estación Central.
El club comenzó la construcción de su estadio algunos años después de la compra del terreno. La obra gruesa consistió en crear un talud semi-enterrado, relleno de concreto, el cual daba forma a las galerías, sumado a estas unas rejas que separaban al público de los jugadores. Tras 5 encuentros, incluida su inauguración ante Aviación, el estadio dejó de utilizarse debido a la falta de garantías y el peligro para el espectáculo que suponían las instalaciones.
Posteriormente reflotó la idea de retomar las obras del estadio y es aquí donde comienza lo difuso, la discusión interminable.

Pinochet, socio honorario de Colo-colo y presidente honorario desde el 76, nombrado por sus amigos del BHC, prometió la suma de 300 millones de pesos de la época para finalizar las obras del estadio al presidente de ese entonces, Peter Dragicevic. Propuesta que fue muy bien recibida por parte del presidente del Club. Todo esto bajo un contexto en el cual la dictadura buscaba cimentar apoyo popular frente al plesbiscito que definiría si la dictadura continuaba o se daba paso a una transición democrática.

Por un lado se encuentran quienes niegan que el dinero allá llegado a las arcas del club, y que los arreglos finales del estadio fueron financiados con aportes de socios y la venta de Hugo Rubio al fútbol italiano. (Caso aparte es el del pase de Rubio, ya que Colo-Colo jamás pagó los derechos de transferencia al club propietario del jugador, Cobreloa. Situación similar a la acontecida con el Sao Paulo de Brasil por el pase de José Luis Sierra, una constante en el manejo de Dragicevic)
Y por otro están quienes afirman que el Monumental sí fue financiado por la dictadura militar y los dineros prometidos por Pinochet pagaron butacas, baños y camarínes, así como antes pagaron la repatriación de Carlos Caszely desde España al mismo club.

Nunca se podrá esclarecer tal situación, debido a que los testimonios de los protagonistas siempre serán puestos en duda y la falta de documentos y fuentes primarias sobre el traspaso de dinero si es que existiese no están disponibles.

La realidad indica que esta será una discusión que no llegará a puerto, el mito se ha instalado con fuerza en una discusión que no lleva a ningún punto en común y forma parte del folklore propio de nuestro fútbol rentado..