lunes, 25 de julio de 2011

Chile, la fiebre del fútbol- negocio y la realidad del fracaso.

Esta Copa América se presentaba para Chile como "la" oportunidad real de alzar, una vez por todas, algún trofeo oficial. Y digo "la" porque al igual que la gente, la prensa olvida fácilmente las otras oportunidades en que la selección ha tenido "la" oportunidad, cómo el 89 por ejemplo.
Si bien el proceso Bielsa dejó excelentes resultados competitivos y futbolisticos, en los deportivo el salto fue cualitativo más que cuantitativo -un paso a segunda ronda de Copa del Mundo y un inaudito segundo lugar en la clasificatoria más desgastante y complicada del mundo- ya que no se logró algún trofeo, que es lo que más le importa a la fanaticada, y los analisis simplistas y resultadistas igualan la campaña del 2010 a la del 98 -paso a segunda ronda y eliminación con Brasil- aún cuando se consiguió un triunfo en la Copa después de 48 años -desmereciendo de pasada este resultado, debido al rival, Honduras, y olvidando los fracasos por ejemplo contra Australia el 74 o Argelia, en el recordado 3-0 de España 82- tirando al tacho de la basura el buen juego, verticalidad y dinamismo de la selección, reduciendola a la falta de finiquito que se tradujo en 3 goles convertidos en 4 partidos. Chile con Bielsa ganó algo que no conseguía desde los tiempos de Zamorano y Salas, respeto!. Ese respeto es con el que llegó Borghi, quien, con una propuesta más centrada en los elementos que el esquema táctico, se plantó en cada cancha trasandina frente a sus rivales, quienes, más preocupados del Chile pos-Bielsa que de su propio funcionamiento, enfrentaron a la roja con la manoseada "táctica", que en realidad se traduce en perder la esencia del fútbol mismo, eso ocurre cuando te preocupas más de no dejar jugar al rival que de desarrollar tu fútbol propio.

Los chilenos, los que llevan a la roja en el corazón y la tarjeta en el bolsillo, se volcaron en masa a "alentar" a la selección. En un arranque de patriotismo que no se veía desde hacía mucho tiempo, la fiebre por la roja, además de la oportunidad de disfrutar de los placeres mendocinos, brindo una oportunidad especial a la "marea" que decidió viajar al "extranjero" por algunos días, todo con el fin de alentar a la selección. La realidad vista en Mendoza dista mucho del hincha esforzado y pasional que alienta a su equipo a brazo partido. Lo que vimos en la provincia de Cuyo fue una extensión de lo que se vio durante las clasificatorias a Sudáfrica: Estadios mudos, arranques de ira contra los propios jugadores, frustración, intolerancia y sobre todo, exitismo -además de los polillas de siempre-. Pero también se vio a la sociedad chilena en pleno... Reventando los cupos de crédito en sus tarjetas, consumiendo y arrasando literalmente con todo a su paso -librerías, tiendas deportivas, musicales, farmacias, boutiques, pastelerías, chocolaterías, kioskos etc.- El esforzado hincha chileno dejó ganancias por miles de millones de pesos a la ciudad de Mendoza, quienes en su mayoría sonreían ante el C-H-I que no los dejaba dormir tranquilos ni permitía la vida normal en la capital de la provincia, los más felices y contentos eran los comerciantes y las cabronas, ya que como la ley lo dice, el matrimonio es valido solo en territorio nacional.

Toda esta fiebre copera, alimentada por los medios de comunicación a través de los espacios publicitarios y el gran trabajo de las áreas deportivas de cada canal, sirvió para crear la falsa sensación de superioridad, la cual suele aflorar en el chileno medio, que llevado por modas y tendencias creyó en los 11 vestidos con el rojo de Puma. Pocos se han detenido en el fracaso, o más bien en el porqué determinar la campaña como un fracaso... realmente fue un fracaso? Por lo que escuchamos de los "especialistas" claramente fue un fracaso, ya que, la mejor generación de jugadores en la historia de la selección -disculpas a los del 57, 64, 74, e incluso a la generación de Sydney 2000 pero ustedes, según ellos, no son nada- perdió con un rival como Venezuela, cuando la oportunidad estaba sin Brasil y Argentina en la Copa -Paraguay y Uruguay los eliminaron, después, coincidentemente, disputaron la final- y por eso se fracasó. Y porqué fracasó? Chile ha sido muchas veces campeón de América? Entonces porqué esperamos un triunfo inmediato de un proceso que recién comienza, de jugadores que si bien tienen una dinámica de trabajo y un conocimiento previo de equipo se están adaptando a un nuevo estratega, quien posee bases, conceptos y criterios dispares al anterior. Chile está para el gran salto, pero este se dará en el momento en que sus piezas maduren y encuentren el equilibrio necesario en la fase defensiva, además de la tolerancia a la frustración, la cual será clave fundamental para conseguir este triunfo... Pero a la gente se le olvida, ya que cada ocación, cada Copa somos favoritos, favoritos porque "la prensa especializada lo dice", no por los conocimientos de fútbol de los espectadores lo determinen. Fracaso será perder la Copa o el Mundial luego de ser campeones, no antes.
En esta Copa América Chile ganó experiencia y logró mantener el respeto que tuvo con Bielsa, pero quién más ganó fue el Mendoza comercial, ese que con el consumismo compulsivo vio la cara más amable y alegre del libremercado.

A propósito de la Copa América que quiere la CONCACAF

Este nuevo formato se discute más en Norteamérica que en Sudamerica.
Tomando el punto comercial y económico, que es el que más trabas presenta para realizar una modificación real a la competencia, se presentan dos posiciones.
Las de las federaciones nacionales de fútbol de los países más pequeños, en realidad de todos exceptuando Brasil y Argentina, quienes tienen ingresos estratosfericos comparadas con el resto. La Copa América se presenta como una oportunidad económica para cada uno de ellos, tanto en derechos de televisión, participación y principalmente como país anfitrión. Desde que la Copa se realiza cada 4 años esto último ha decantado en un mayor tiempo entre cada realización, pero aún así cada país deposita sus esperanzas en la rotación de la localía del torneo, por lo tanto este es un punto en el cual se presenta una postura intransigente para las federaciones. México ni algún otro país que no pertenezca a CONMEBOL podrán acoger la Copa en mucho tiempo.
Por otro lado la postura de CONCACAF, la cual pretende ser participe activo de la realización del torneo, situándose como protagonista al mismo nivel que los sudamericanos, lo que incluye recibir los mismos beneficios económicos y réditos deportivos.
El aumento de plazas es el que interesa más a los sudamericanos, ya que con esto se realiza una mayor cantidad de partidos, lo que se traduce en mayores ingresos económicos, además de una mayor audiencia cautiva en nuevos países.
En cuanto a lo deportivo, la inclusión de equipos CONCACAF nunca ha aportado mayor competitividad al torneo a excepción de México, único cuadro que está al nivel de competencia de Sudamérica - pero principalmente por los ingresos económicos que aporta la participación de México a la copa, por eso la inclusión al sistema sudamericano, tanto a nivel de clubes como selecciones- por lo tanto lo atractivo no va en la inclusión de equipos de CONCACAF, ya que para uruguayos o paraguayos, chilenos y peruanos, no presenta beneficio deportivo alguno enfrentar a selecciones como Panamá, El Salvador o Nicaragua, al contrario, se presenta como una baja en el nivel del torneo, ya que estas selecciones presentan un nivel similar al de Bolivia, rival más débil y accesible de las citas continentales.

La discusión es netamente económica en el sur del continente, y, por el contrario es más deportiva que económica en el norte, aún cuando ninguna de las dos es comparable con la otra.
Sudamérica sacrificaría deportividad por economía?
Centro-Norteamérica y el Caribe sacrificarían economía por deportividad y competencia?
Si bien somos todos un continente, las distancias entre USA y Chile, México y Argentina son gigantescas, son más que transatlánticas y si bien aquí nadie ha planteado el tema comparando la situación Europea, allá en 3 días de bus conectas Portugal con Turquía, acá conectas Chile con la frontera Perú-Ecuador, solo como ejemplo para ver las distancias...

Y en cuanto a la fusión de Confederaciones... ese anhelo, sueño o utopía es sinceramente incongruente, poco probable y bastante poco eficaz, para ambas confederaciones.